lunes, 9 de noviembre de 2009

Afganistán: ¿desastre planeado u operación sin éxito?

El 7 de octubre de 2010 se habrán cumplido nueves años que inició la primera guerra del siglo XXI. Hace ocho años, el 7 de octubre de 2001, el gobierno del entonces presidente George W. Bush, lanzó al aparato militar más grande del mundo en dirección del país centro asiático; todo, con el pretexto de perseguir al autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre del mismo año.

Han pasado ocho años y no se ha visto por ningún a Osama bin Laden o alguno de los líderes de las cuatro milicias que han puesto en jaque a los efectivos de las fuerzas multinacionales. En estos años lo más que se ha logrado es asegurar la zona de Kabul y establecer un gobierno pro occidental encabezado por Hamid Karzai, quien a su vez tiene lazos con señores de la guerra; gobierno que tiene prácticamente nula presencia fuera de la zona de Kabul. La operación ha resultado en un altísimo costo político, económico e inclusive humano para los involucrados, aún así, la estrategia de Obama, quien dicha sea de paso había prometido la retirada de las tropas; es la de aumentar unos 40 mil hombres para ayudar con las milicias talibanes.

Suena bastante ilógico lanzar semejante maquinaria militar cuando se busca a un hombre, particularmente a sabiendas que el enemigo pondría en práctica una guerra de guerrillas. Y obviamente Washington lo sabía a la perfección, el Pentágono había enseñado la guerra de guerrillas a los muyahidín durante la invasión soviética en los años 80’s; sabían que un ejército invasor con más elementos pero con más dificultad para moverse en un terreno desconocido no podrían ganar contra milicias móviles que conocieran cada recoveco del territorio. La historia no pasa en vano y Estados Unidos está muy cerca de recorrer el mismo camino que tomó el ejército rojo en su retirada a casa. Entonces, ¿Por qué el Pentágono decidió lanzar exactamente la misma estrategia que los soviéticos? ¿Por qué cometer el mismo error que el odiado enemigo? O ¿No están en tan cerca de la derrota como parece?

Deberé ahondar en el tema para ir desmenuzando cada uno de los niveles de este complicado tema. A estas alturas todos ya sabemos que las tropas de Washington no se encuentran en la zona persiguiendo a bin Laden. Sin duda la respuesta es el petróleo en la zona, aunque en sí la cuestión no se refiere al petróleo como tal, sino a la naturaleza misma de la operación: lo que trataré de hacer, es probar que el caos que prevalece en Afganistán no es por mera coincidencia o por el hecho del fracaso de la operación militar estadounidense, sino por el contrario, es parte del plan proveniente del Pentágono.

Se debe comprender que la importancia de Afganistán no reside únicamente en el petróleo, el país en su totalidad tiene importancia, no únicamente los recursos que en él se encuentren. Resulta estratégico controlar Afganistán por su posición geopolítica. El país en cuestión se encuentra en el corazón de Asia central, lo que en geopolítica clásica se conoce como Heartland, es decir una zona pivote con la cual por su posición territorial resultaría un punto neurálgico para cualquier imperio; en Heartland no sólo hay recursos estratégicos, sino es el punto de conexión entre tres continentes, a partir de este punto un imperio se puede expandir. Los imperios siempre siguieron este camino: europeos occidentales siempre han buscado dominar Los Balcanes para encontrar la proyección a Medio Oriente, dominarla para por fin llegar a Asia central. Es en este marco que Kosovo, las repúblicas de la ex Yugoslavia, los conflictos en Medio Oriente, Afganistán, Irak y las ex repúblicas soviéticas toman relevancia. No se pretende el dominio de un recurso estratégico, sino el domino de la mayor parte del dominio territorial del mundo.

Ya que hemos comprendido un primer gran ingrediente del conflicto, podemos pasar al segundo ingrediente del mismo. Esta segunda parte es la maquinaria militar. En la mayoría de veces, el aparato militar es subestimado y se le relega como una manifestación física de los intereses estatales expresada en términos de fuerza bruta y si bien podemos en un punto, un tanto reduccionista, otorgarle dicho nombramiento, debemos ir más allá. El ejército ya no sólo concibe la salvaguardia de las partes integrantes del estado o como la respuesta a una agresión, el ejército se ha tenido que re-interpretar así mismo y buscar un lugar en un mundo donde el sistema del capital reina. La razón de lo anterior es que el Estado mismo ha cambiado, de ser una entidad puramente política ahora ha transmutado a una entidad político-económica. De ninguna manera pretendo decir que lo económico reina sobre lo político, sino que más bien se encuentran en una simbiosis; por lo que si el aparato militar defiende los intereses estatales, defenderá los intereses económicos. Es entonces que el ejército entra como parte de los modos de producción, el ejército ahora también sirve para asegurar las materias primas e incorporarlas a la industria, sin importar que el ejército sea la industria en cuestión o cualquier otra. Así que nos encontramos con una producción en masa móvil que desterritorializa las materias primas, tal y como el capital ya no es sujeto a ninguna territorialidad; ya no importa donde están las materias primas o los recursos, el ejercito es capaz de ir por ellos, asegurarlos y poner en marcha el proceso de producción. Si la maquinaria industrializadora que es el ejército del Pentágono se encuentra en una zona tan ventajosa como es Afganistán, les será mucho más fácil la apropiación de los recursos y materias primas, además, presentando una amenaza latente a la esfera de influencia rusa.

Entonces, si consideramos la posición geoestratégica de Afganistán, enmarcada por la batalla entre Moscú y Washington por el control de la zona, que a su vez lleva beneficios como el control del mayor productor de opio del mundo; más la presencia de la mayor maquinaria de producción móvil que resulta el ejercito de EU, nos daremos cuenta que de ninguna manera Washington permitirá que Afganistán salga de su control.

Pero, la pregunta continua ¿es fracaso o es planeado? Daba la relevancia de la zona, y del país, como de la maquinaria industrial que es el ejército estadounidense, uno comienza a sospechar que Washington ya hubiera puesto orden si así lo hubiera querido. Ahí está el meollo del asunto, no pretende hacerlo, al menos no pronto. Washington no es el único que tiene visión geopolítica del mundo, si Inglaterra, quien también mandó tropas tanto Afganistán como a Irak; se llegara hacer de alguna de estas dos posiciones podría intentar recuperar alguna de esas glorias pasadas. Además, no debemos olvidar el petróleo, las reservas de Medio Oriente y Asia Central son las reservas que pretenden los países occidentales para la segunda mitad de este siglo.

Mientras sea un caos Afganistán nadie podrá extraer petróleo y EU pretende llevar la delantera cuando estableció a Hamid Karzai como presidente legítimo. Como ya lo había mencionado, el presidente Karzai, tiene ciertos lazos con los señores de la guerra, verdaderos gobernantes de Afganistán y quienes además, tendrán la última palabra sobre quien explotará el petróleo afgano. Así que por todas estas razones expuestas en este breve comentario, yo creo que Washington no está dejando al azar su destino o haya fracasado en esta operación ni tampoco en Irak; por el contrario la Casa Blanca, al más puro estilo estadounidense, ha desarrollado una política de estado la cual se venía cocinando desde la Primera Guerra del Golf a principios de los 90’s y sólo hasta ahora tuvieron la capacidad de mantener un desorden tan espectacular que asegurarse de que nadie más lo pueda arreglar. Han logrado mantener a raya a varias petroleras interesadas en la zona, pero dado a la inseguridad de la zona los proyectos se han tenido que abandonar.

Si EU logra hacerse de dichas reservas podrá mantenerse a sí mismo la siguiente mitad de este siglo y muy probablemente mantener su estatus como potencia hegemónica, aunque, si la historia nos ha enseñado algo, las milicias talibanes tienen una gran posibilidad de ganar; no sería raro ver a los talibanes usando armas rusas y a los una vez enemigos, peleando hombro a hombro contra el invasor occidental. De cualquier forma, tendremos que esperar a ver como se termina de desarrollar la trama y puede que todos nos llevemos una sorpresa…

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