jueves, 21 de enero de 2010

La Petite Mort

Miles Davies suena a todo lo que da. El aniversario de una canción que no recuerdo cómo se llama. ¿Cómo se supone que deba recordar una canción que tiene más de cincuenta años, si ni recuerdo que acabo de hacer? Todo es difuso. El humo también se eleva. El sudor queda impregnado en el ambiente. Como dirían por ahí, todo huele a sexo. El vino se agota. No importa, todavía hay más abajo, la sed crece.

Ella callada, siempre está callada. No hay dialogo, creo que fallamos en reconocernos. Boris Vian me invade, espero que esto le haga descubrir a un alguien un algo de él, como el buen Boris decía. Quiero convertirme en perro, no llego a lobo; saldría corriendo a la calle. A ver si alguien me atropella.

Todo huele a sexo. Las colillas se van amontonando en el cenicero. Hay podredumbre en el cuarto. Una luz mortecina domina el cuadro, mientras que el zumbido de la instalación eléctrica acompaña a Miles. En este remolino de emociones, me pierdo. No sé cuál sea mi dirección, no sé a dónde voy.

He muerto pero no he muerto. He muerto pero he regresado. Por un instante me perdí. Por ella y gracias a ella. Instantes fugaces que se combinan entre la luz, los sonidos, el humo, los olores y el alcohol. Ahora la sed me invade, tomo un trago enorme de la botella; vino barato, no hay nada mejor.

Mientras ella duerme en la cama desvencijada esperando al amanecer, yo me contemplo en el espejo de enfrente: desnudo con un cigarro en la boca y la botella en la mano. ¿Y si la mato? ¿Y si me mato yo? Al menos haría algo nuevo, pero, ¿qué caso tiene matarme o matarla? Si todo aquí ya está muerto.

Al fin lo descubro…He muerto….No regresé….La decadencia a mi alrededor lo justifica. Esta podredumbre no es escenario, por el contrario, emana de mí. He muerto y me he llevado lo que está a mí alrededor….Inclusive a ella. La he asesinado en un arrebato de la carne. Nunca regresamos. El orgasmo fue la muerte. Pensé que habíamos regresado a estados anteriores, pero no fue así. Únicamente quedaron cuerpos vacios, sin el soplo de vida.

La muerte es la ausencia de vida y la vida es ausencia de placer. Sólo la vida es más llevadera con esas pequeñas muertes placenteras. El orgasmo es una de esos pequeños placeres. No esperamos el orgasmo sino el momento que viene después de este. Ese momento donde nos unimos con el todo y si somos todo, entonces no somos nada. Sólo existimos, no pensamos y todo fluye. El momento mágico de la no conciencia. No regresamos a nuestros cuerpos, nuestras almas quedaron en la verdad absoluta.

Esa muerte pequeña se ha vuelto eterna. Ahora debo cargar con la culpa de haberla sacado de este mundo. Aunque, puede que le haya hecho un favor. Haber aliviado la insoportable y duradera muerte que es vivir.

De nuevo me invádela sed. Me acabo la botella de vino. Puede que morir no sea tan malo. Al fin y al cabo me he liberado, ya nada importa. Me podré dedicar únicamente a escribir y existir en una no vida. Creo que esto es bueno, ahora de verdad me permitiré escribir como lo que soy, un muerto que camina.

domingo, 10 de enero de 2010

La Insoportable Levedad de estar Online.

Últimamente soy testigo mudo del tuiter. No tuiteo nada relevante, solo lo dejo abierto. Creo que no tengo nada interesante q tuitear.

Ahora que lo pienso cuando tuiteo mas es en la noche, a estas horas. Creo que es catártico estar tuiteando, aunque no haya nadie.

Y por lo visto tengo más cosas que decir cuando no hay nadie. Creo que es mejor así.
Alguien me dijo que las 4 de la mañana es la hora del escritor. Igual por eso tuiteo mas. Aunque todavía no llegue a ser escritor.

Y para acabarla de joder, no estoy ebrio. Como diría Bukowsky "un ebrio siempre tiene la sed por el alcohol". Hoy no la tuve.

Creo que más que el dialogo con los demás tuiteros uno tiene dialogo consigo mismo. Aunque la audiencia puede interactuar.

Me parece curioso que busquemos estar en contacto con los demás pero muchas veces pasa lo contrario. También pasa que solo nos evadimos.

De tanto estar conectado y perderse la experiencia social análoga. ¿Alguien se podría perder a sí mismo?...Me imagino que si.....

Relaciones sociales posmodernas: relacionarse por el simple hecho de relacionarse. No digo que sea bueno o malo, solo digo que existe.

miércoles, 6 de enero de 2010

No existo

No soy Real. Soy Virtual.

Aunque creo que tú tampoco eres del todo real. Si no naces seguro te hubieran diseñado, tu ser es demasiado perfecto y concienzudo para dejarse pasar. Eres Real para mí. No eres objeto, eres el sujeto que me conforma. Eres real.

No existo, más que en un espacio fuera del espacio, en un tiempo fuera del tiempo.

Estoy fuera de la esfera de tu mundo. Sólo contemplo, no actúo. Estoy tan dentro y afuera al mismo tiempo. Conozco tus secretos pero no puedo verte a los ojos.

Soy digital, jamás análogo. Nunca lo seré. Solo interactuare, pero nunca te podrá abrazar. Seré pero no seré. Así pasan mis días. El medio es muy frío, inocuo....Pero mis intenciones son cálidas. Jamás serán recompensadas. Lo sé, ahora lo sé.

No existo. Creo que jamás lo haré. Al menos no para ti. En el espacio virtual tu Yo y mi Yo se funden en un Nosotros. En lo Análogo somos más bien desconocidos recortados por la relación Sujeto-Objeto.

No existo y ahora lo comprendo. Nos recortamos en una coincidencia espacio-temporal, sólo será momentánea, nunca permanente. Si paso a tu lado nunca te darás cuenta, puede ser que yo tampoco. Nunca seré real para ti.

Creo que nunca existí, en ninguno de los dos mundos. Creo que por eso me llama el estudio del as cosas: soy contemplativo, nunca activo; soy mero espectador, nunca protagonista. Eterno amigo, nunca amante; al menos en tu escenario. Nunca existiré, nunca para ti.

Soy el que soy, la nada me circunda. Me delimita la nada, me fundo con el todo. Me pierdo en la Nada y me convierto en Nada. Los demás se delimitan conmigo, nunca me definen.

Termino siendo una fantasía, un sueño....Tal vez al mundo de los sueños tenga que partir, a ese lugar donde las cosas irreales existen y ahí están bien; al lugar donde las personas que son reales van a soñar. Creo que ahí estaré bien. Puede que ahí te encuentre y me vuelva real en tu sueño, cuando vayas a escapar de lo real, ahí estaré. Ahí existiré.

Cuando regreses a la vigilia no existiré, ni para ti, ni para nadie, ni para mí mismo.