miércoles, 9 de diciembre de 2009

Una calle solitaria en una tarde cobriza

Camino en las calles que no tienen nombre. Busco algo que creo que no puede ser encontrado. En las tardes de otoño la luz atraviesa las hojas cobrizas. Las calles son doradas. Solo habita el recuerdo. Los ecos moribundos recorren los senderos del valle. El agua y la tristeza se han ido. Nada queda. Nada permanece.

Comienzo a recordar. La nostalgia siempre ha sido cercana a mí. Me gusta recordar el tiempo de ayer. Creo que somos la suma nuestros recuerdos. Nuestra memoria nos da propósitos. Sino lo tenemos somos autómatas en el espacio. Aquella canción, una película, una situación, un lugar, una persona o una tarde cobriza nos lleva al lugar donde nos gustaría estar. Todo lo anterior nos encanta porque nos recuerda quienes eramos en aquel entonces, cuando todo eso estaba vivo. Extrañamos lo que eramos y como era nuestro mundo.

Ahora todo está en silencio. Parece como si estuviera muerto todo. Tengo en la mente esos lugares y espacios donde corrí. Los abrazo a mi corazón. No los quiero enterrar. Sin ellos, muero. Ahora, no se a donde voy. No importa, llegaré a un camino y lo tomaré. No se quien soy, tampoco importa; mis recuerdos me lo dejaran ver. Nada importa, sólo que se traiga en la maleta. Los recuerdos invaden y nos mantienen vivos. Pero recuerden, sólo son eso. No debemos pretender revivir algo que ya ha fallecido; sólo debemos visitarlos cuando nos encontremos en un sinsentido; sólo debemos preguntar direcciones a quienes fuimos y recordarnos a nosotros mismos.

Me sigo buscando y pienso que dirección tomar. Pondero todo lo que debe ser ponderado y recuerdo todo lo que debe ser recordado. Mientras encuentro una respuesta y sin importar que la encuentre, seguiré regresando a los lugares de mi infancia, aunque ya no existan. Seguiré visitando los parques, las calles y esas tardes, aunque sea en mi mente. No importa a donde vaya. No importa nada, mientras seamos nosotros mismos en calles solitarias y tardes cobrizas. Siempre en calles solitarias en una tarde cobriza.